FALSOS MITOS SOBRE EL CAFÉ

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FALSOS MITOS SOBRE EL CAFÉ

Mi día, como el de millones de personas más, comienza con una taza de caliente y azucarado café. La cafeína eleva el humor y hace mejores las mañanas casi como por inercia. El azúcar que le echamos al café también supone una buena manera de corregir cualquier hipoglucemia; está tan bueno que repito la dosis en cuanto llego a la oficina.

    ¿Se trata este pequeño lujo de una adicción a la cafeína? ¿es esta sustancia química nociva según se considera popularmente a la que se ataca en columnas de revistas de salud y belleza? ¿O es, como prefiero creer, calumniada por sistema y no solo inofensiva, sino que incluso, tomada en cantidades moderadas, beneficiosa para la salud?

    A la mayoría de los médicos se les ha hecho creer, por lo publicado en las revistas, que el mundo sería un lugar mejor sin el café. Los doctores murmuran por lo bajo que el café podría ser responsable de un aumento del riesgo de taquicardias, arritmias, hipertensión e infartos. Incluso insinúan que podría provocar cáncer, incluido el cáncer de páncreas.

    Pocos de los que hablan en contra del café se han preocupado de estudiar las evidencias que existen a su alrededor. Si lo hubiesen hecho entenderían que muchas de las historias que se han contado sobre el café, que fue descubierto hace más 1.300 años en Oriente Medio, son mitos. Recientes investigaciones sugieren que, para la mayoría de la gente, es clínicamente inofensivo, y para otros muchos, provechoso para su salud.

    El último beneficio que se le atribuye al café es la capacidad de reducir los niveles de ácido úrico en sangre, frenando así el número de ataques de gota que sufren algunas personas. Esta conclusión ha sido el resultado de un trabajo de la Escuela de Salud Pública de Harvard y el Centro Canadiense de Investigación de la Artritis, de la Universidad de British Columbia.

    Las pruebas recogidas por los equipos de investigación y cuyo análisis revela las ventajas del café para los aquejados de gota se publican en el último número de la revista Artritis and Rheumatism. La conclusión es que cuatro o más tazas de café al día reducen de manera radical el riesgo de gota en hombres.

    El estudio estaba basado en la observación de los 50.000 profesionales de la salud incluidos en un macroestudio y cuya condición médica ha sido seguida con cuidado durante los últimos 12 años.

    Otro trabajo universitario incluye un pequeño estudio de 757 pacientes aquejados de gota. Los investigadores han evaluado el riesgo de ataques de gota agudos y lo han relacionado con las cantidades de café bebido. La probabilidad de sufrir un ataque de gota era un 40 por ciento más bajo en aquello pacientes que bebían entre cuatro y cinco tazas de café al día, pero además se reducía radicalmente hasta el 59 por ciento en los que bebían seis o más tazas.

Lavado de imagen científico

Ya han sido derribados casi todos los mitos que circulan alrededor del café que han ido asustando durante años a quienes lo beben. Por ejemplo, uno de mis antiguos pacientes me dijo que hace algún tiempo que su padre le había prohibido tener café en casa porque a él le había provocado cirrosis. Es una vieja creencia, pero también una absoluta tontería. Hace ya seis años, Arthur Klatsky y su equipo demostraron que el café, y ninguna otra bebida a base de cafeína, tendía a retrasar el inicio de la cirrosis, tanto alcohólica como no alcohólica..

    Hace ocho años investigué y publiqué en JAMA que beber café reducía la incidencia de enfermedades de la vesícula y cálculos biliares. Más recientemente también se ha demostrado que disminuye las probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2.

    Los estudios de Harvard han liberado al café de la frecuente costumbre de relacionarlo con el aumento de las probabilidades de sufrir ictus y ataques al corazón. No sólo están convencidos de las pruebas que aseguran que no existe ningún efecto adverso sobre estas dolencias, sino que han demostrado leves beneficios del café en estos casos. Sin embargo, el beneficio que supone tomarlo como si fuese un medicamento cardioprotector es tan pequeño que es más correcto describir su influencia como neutra.

    Tampoco existió nunca ninguna prueba que apoyase la idea de que el café provocaba cáncer. Su influencia sobre el cáncer rectal se ha discutido durante años, pero la opinión actual es que, en caso de tener alguna influencia, probablemente es beneficiosa.

    ¿Existe alguna cantidad a la que se considere demasiado café? Probablemente es más seguro tomar café y otras sustancias farmacológicamente activas con moderación, pero es improbable que tres o cuatro tazas puedan hacerle dañoa a alguien. En todo caso, ya que incrementa nuestro estado de alerta y la sensibilidad, debería evitarse su ingesta si se padece insomnio o si se ha sufrido un ataque al corazón de comportamiento irregular.

    Las mujeres embarazadas también deberían tomarlo con estricta moderación, pero el resto de las personas deberían disfrutar de su café de cada mañana bien temprano, porque no es un vicio, es un placer. De hecho, mientras la gente se lo bebe puede recordar que incluso reduce el índice de suicidios en mujeres.

 

Thomas Stuttaford
The Times

2017-01-23T14:41:04+00:00 01 / 01 / 2007|Opinión|