Obesidad y enfermedades neumológicas

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Obesidad y enfermedades neumológicas 2017-01-18T15:35:27+00:00

OBESIDAD

En los comienzos del siglo XXI la obesidad es una gran preocupación para los médicos y organismos encargados de velar por la salud pública en general, por su alarmante incremento en la población. Las causas de la llamada epidemia del siglo XXI probablemente sean diversas y no es este el momento ni el lugar de analizarlas.

Las personas obesas viven de promedio unos cinco o siete años menos que las personas delgadas.

En nuestro entorno la obesidad es preocupante, sobre todo en las personas de mayor edad y más aún cuando padecen enfermedades neumológicas que reducen la capacidad respiratoria normal. Es habitual que las personas más viejas hagan menos ejercicio físico y por lo tanto consuman menos calorías. Por eso también deberían comer menos, tomar menos calorías, y esto no siempre es así; incluso muchas veces sucede todo lo contrario.

No es infrecuente ver en las consultas a hombres y mujeres de edades superiores a 70 años, con tallas entre 1.55 y 1.65 metros y más de 80-85 kilogramos de peso.

El exceso de peso impide una normal o buena movilidad incluso a una persona joven y sana. Pero le dificulta aún más a una persona de mayor edad y aún mucho más si esa persona padece una enfermedad neumológica. El exceso de grasa actúa sobre el tórax como una barrera que impide que los pulmones se expandan normalmente con la respiración.

Los pulmones son los motores necesarios para respirar con normalidad. Cuánto más peso tenga una persona, más sobrecargará el trabajo de los pulmones y mayor será la dificultad para respirar. Imagínese dos camiones por una carretera con el mismo motor: uno va cargado y el otro sin carga, ¿cuál irá más rápido?

… Y ENFERMEDADES NEUMOLÓGICAS

La obesidad no causa enfermedades neumológicas o pulmonares pero agrava los síntomas de algunas como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, asma, enfermedades pulmonares difusas como la fibrosis pulmonar idiopática y se relaciona mucho con el síndrome de apnea del sueño. Adelgazar es esencial para mejorar los síntomas de dificultad respiratoria (disnea) en los dos primeros trastornos, y los ronquidos y las apneas (paradas o detenciones de la respiración normal) en el síndrome de apnea del sueño.

QUÉ HACER

Para adelgazar hay que comer menos o hacer más actividad física (gastar más calorías) comiendo lo mismo. En las consultas es frecuente escuchar a los pacientes: “no se como engordo con lo poco que como”. Y el médico podría contestarle que si con lo poco que come está así, entonces tendrá que comer menos.

No se precisa una dieta especial para adelgazar, puede comer de todo, aunque es recomendable que consuma pocas grasas, mucha fruta, legumbres y verduras. Debe limitarse la ingesta de hidratos de carbono o azúcares (dulces, postres azucarados, etc.) porque el incremento de la secreción de insulina contribuye a la obesidad.

Siete horas de sueño o de cama al día son suficientes. Si uno necesita dormir después de comer lo ideal es que sean pequeñas siestas, de 20-30 minutos.

Una o dos horas o 5-6 kilómetros caminando cada día, cinco a siete días a la semana, es un ejercicio excelente para una tener una buena salud. Si con estas medidas no disminuye de peso tendrá que comer aún menos.

No hay fármacos que tengan eficacia bien demostrada para reducir la obesidad desde el punto de vista científico. Los que pueden tener algún efecto, como por ejemplo las anfetaminas, sus efectos secundarios, incluso a veces verdaderas psicosis, contraindican su utilización. También es mejor dejar de fumar, aunque se ganen algunos kilos de peso, que seguir fumando.

La cirugía de reducción de peso en personas muy obesas no está libre de complicaciones y todo el mundo ha podido ver en las noticias de prensa información sobre muertes por este tipo de cirugía. Por tanto las medidas recomendadas más arriba, que se pueden resumir en menos plato y más zapato, deben intentarse antes de plantear o valorar tratamiento quirúrgico de la obesidad, que únicamente se indicará en cualquier caso en sujetos con obesidad extrema.

Si mide alrededor de 160 centímetros no debe sobrepasar los 56-58 kilos. Si mide 170 centímetros no debe sobrepasar los 66-68 kilos.