El ronquido crónico consiste en una vibración del paladar blando cuya intensidad depende de varios factores: genéticos, constitucionales, sobrepeso, alcohol, tabaco, etc.). Ser roncador habitual es un hecho frecuente que padecen la mitad de los hombres y la cuarta parte de las mujeres en las edades medias de la vida. Además, el ronquido tiende a aumentar con la edad, al menos hasta los 65 años, cuando su frecuencia comienza a disminuir.
El ronquido simple, que no se acompaña de apneas o interrupciones de la respiración, no se considera una enfermedad. No está demostrado que se asocie con complicaciones como ocurre con las apneas del sueño. Sin embargo, el ronquido puede ser un inconveniente grave que altere la calidad del sueño de quien lo padece y/o su compañera/o.
El tratamiento del ronquido debe comenzar con la evitación de los factores que favorecen su aparición: obesidad y sobrepeso, ingesta de alcohol (especialmente después de las seis de la tarde), tabaco y la posición de espaldas al dormir (mejor dormir de costado). En aquellas personas que no sean capaces de evitar los factores de riesgo o persista el ronquido a pesar de evitarlos, en una intensidad desagradable, se pueden considerar otros tratamientos.
La cirugía del ronquido simple tiene unos resultados favorables en el 50%-80% de los casos, según diversos estudios. Esta cirugía consiste en extirpar una parte del paladar. Puede realizarse con bisturí, con LASER o con radiofrecuencia. Los resultados son similares con las tres técnicas. El tratamiento con LASER o la radiofrecuencia no precisa la hospitalización, al poder realizarse sin anestesia general. Su inconveniente es que puede requerir más de una sesión. La cirugía tiene un postoperatorio doloroso y requiere una analgesia apropiada. Antes de realizar esta cirugía hay que estar seguros que el paciente no padece apneas, mediante una prueba de sueño.
En los últimos años se ha demostrado que la utilización de férulas de avance mandibular puede ser una alternativa eficaz a la cirugía del ronquido. Sus resultados son similares a la cirugía con un 40%-80% de éxitos. Se trata de una prótesis que el sujeto se coloca sobre sus dientes para dormir. Estas prótesis son preparadas por dentistas especializados y su objetivo es hacer adelantar la mandíbula hacia delante unos 7- 10 milímetros .
Este avance se suele hacer de forma progresiva y su efecto es que tensa el velo del paladar y reduce o suprime los ronquidos.
Las férulas solo deben emplearse en el periodo nocturno y son, en general, bien toleradas, con efectos secundarios leves que suelen desaparecer con el tiempo.
Los demás sistemas que se ofrecen en las farmacias y otros establecimientos como “gotas para no roncar”, “tiras para colocar en la nariz”, “muñequeras”, “pulseras” y otros artilugios no han demostrado eficacia desde el punto de vista científico.
Por último, algunos pacientes que son solo roncadores simples, con el tiempo, pueden desarrollar apneas, especialmente si ganan peso, consumen alcohol o tabaco, o están predispuestos genéticamente. Por ello, si el ronquido se volviera entrecortado e interrumpido con apneas y apareciera cansancio y/o somnolencia durante el día, deberían consultarse con el médico.