Qué es
Por diversos motivos y factores de riesgo que favorecen la aparición de enfermedades neumológicas o respiratorias – plan para iniciar un programa de ejercicio físico, tabaquismo o trabajo en ambientes con polvos de materiales orgánicos o inorgánicos como la piedra o pizarra, etc.- es recomendable un examen por el médico neumólogo para conocer como está su aparato respiratorio y como le han afectado los agentes nocivos a los que estuvo o está expuesto.
Para hacer un chequeo neumológico debe acudir a una Clínica de Neumología, que cuente con los aparatos o dispositivos necesarios para realizar pruebas de función pulmonar, pruebas alérgicas, radiológicas, etc.
En que consiste
Antes de realizar otras pruebas, se le harán una detallada historia clínica y examen físico para conocer si existen síntomas o signos que puedan orientar a la existencia de alguna enfermedad neumológica.
Si la historia clínica y el examen físico son positivos e indican la existencia de alguna enfermedad neumológica se realizarán las exploraciones o pruebas necesarias para confirmarla o descartarla.
Si la historia clínica y la exploración física son negativas para la existencia de trastornos neumológicos, habitualmente se realizan las pruebas diagnósticas que se detallan a continuación:
- Radiografía de tórax: Más indicada su realización si hay factores de riesgo como tabaquismo o trabajos en ambientes nocivos que pueden dañar el aparato respiratorio.
- Pruebas de Función Pulmonar: Con la realización de una espirometría, la técnica más fácil para conocer la función pulmonar, que consiste en la realización de una maniobra de espiración forzada a través de un aparato llamado espirómetro, y una pulsioximetría que mide la saturación de oxígeno con la hemoglobina de la sangre, podemos conocer el estado y capacidad del aparato respiratorio para realizar actividades físicas en la persona que está chequeándose. Si es fumador(a) también se le realizará una co-oximetría para conocer la concentración de monóxido de carbono (CO) en el aire espirado, que está elevada en los fumadores. Dependiendo de los datos de la historia clínica se realizarán pruebas alérgicas. Otras pruebas más complejas que deberán realizarse en algunos casos son: transferencia o difusión pulmonar de monóxido de CO, volúmenes pulmonares, prueba de esfuerzo-consumo de O2, etc.
- Si las pruebas anteriores fueran claramente anormales o hubiese dudas sobre su normalidad pueden indicarse otras exploraciones diagnósticas: TAC de tórax, gases arteriales para conocer la presión de oxígeno y anhídrido carbónico en sangre arterial, broncofibroscopia que es el examen endoscópico del árbol bronquial, toracocentesis (extracción de líquido pleural si lo hubiera y análisis del mismo), biopsia pleural, etc. (Ver Tec. Diagnósticas)
Informe
Después de realizado el chequeo, con la realización de las pruebas complementarias necesarias, se le entregará un informe en el que figuren los resultados de las mismas y el diagnóstico.
Si se diagnostica alguna enfermedad neumológica “nueva”, no conocida previamente por el sujeto que viene a chequearse, deben hacerse las oportunas recomendaciones de tratamiento y seguimiento.
Deben figurar en el informe los riesgos para desarrollar actividades físicas, para intervenciones quirúrgicas que estuviesen programadas, para trabajos que requieran esfuerzo físico, etc.
Recomendaciones
Un chequeo neumológico anual puede ser conveniente, incluso adecuado, en:
- Personas fumadoras, mayores de 35-40 años. Se pueden diagnosticar trastornos muy frecuentes en los fumadores, como enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) por tabaquismo (“neumonitis tabáquica crónica”) y cáncer de pulmón en estadios precoces, evitando que la enfermedad progrese en el primer caso dejando de fumar y consiguiendo la curación en el segundo. Hoy en día, algunos neumólogos recomiendan realizar TAC de tórax anual a las personas fumadoras mayores de 40, que llevan varios años fumando.
- Personas expuestas en su trabajo a agentes potencialmente nocivos para el aparato respiratorio, como por ejemplo, gases, polvo de piedra o pizarra, humos, etc.