“El neurótico o hipocondríaco está clavado en la cruz de su ficción” (Alfred Adler)
Al poco tiempo de finalizar mi carrera oí a médicos mayores decir que la mitad de los pacientes que acudían a las consultas privadas no tenían enfermedad somática u orgánica alguna. Ahora, después de muchos años de ejercicio, diría que sucede lo mismo con los que asisten a las consultas de la medicina pública. La mitad, es para entendernos. El porcentaje puede ser superior o inferior al cincuenta por ciento. Incluso la proporción puede ser más alta en las consultas de la medicina pública que en las de la privada, porque aquellas en nuestro país aún son “gratuitas”, mejor dicho, los pacientes no tienen que desembolsar nada en el momento que acuden porque ya las han costeado antes con el pago de impuestos.
Esto es verdad para los diversos síntomas que puede tener un paciente, y también para los respiratorios, aunque en este caso sea más difícil de entender por el enfermo o sus familiares. Le pongo un ejemplo: los pacientes pueden creer muy bien al médico gastroenterólogo o al cardiólogo si les dice que el dolor que tienen en el estómago o en el pecho es debido a “los nervios”. Sin embargo, a los pacientes les cuesta más entender, no sé el por qué (¿porque este síntoma lo oyen los demás?), que la tos está causada por “los nervios”.
La tos puede acompañar a situaciones de estrés, ansiedad, hipocondría, depresión nerviosa, trastorno obsesivo-compulsivo… En estos casos, después de hacer las pruebas complementarias pertinentes, el médico termina diciéndole al paciente que no encuentra causa alguna de la tos, que puede estar relacionada con su trastorno psíquico, y que tal vez no se solucione hasta que este lo haga, o hasta que un día, sin saber por qué, desaparezca.
Muchos pacientes relacionan este tipo de tos con el aire frío, la inhalación de olores irritantes como el de la lejía, y con la utilización de productos de cuidado personal, como lacas, fijadores, perfumes, etcétera.
Los médicos siempre intentamos encontrar una explicación fisiopatológica a todos los síntomas y hoy -mañana quién sabe- se habla de que este tipo de tos puede deberse a una disfunción o excesiva hiperreactividad laríngea, y a muchas otras suposiciones no demostradas.
Lo que sí parece claro desde el punto de vista de la clínica diaria es que muchos de estos pacientes con tos pertenecen a una determinada clase: mujeres en edad post-menopáusica y con otros trastornos como depresión o fibromialgia -la enfermedad desconocida-. Otros, menos, pueden ser hombres o mujeres con estrés u otro tipo de problemas personales o familiares, ansiedad y/o hipocondría.
Al hacer una historia clínica o entrevista detallada podemos encontrar que el paciente ya ha sufrido síntomas de otros órganos anteriormente -aparato digestivo, sobre todo-, que motivaron consultas al médico sin encontrarle una causa orgánica de los mismos, o que haya habido un caso de enfermedad pulmonar grave en un familiar o conocido que también haya comenzado con tos.
La tos nerviosa o psicógena, la llamaremos así para entendernos, puede o suele ser muy estrepitosa o ruidosa (“escandalosa”), y puede hacer pensar al familiar que la oye todos los días que debe tratarse de algo importante, pero también le puede hacer pensar -a veces los familiares o personas que viven con este tipo de pacientes hacen certeros diagnósticos- que puede ser una tos nerviosa, porque se da cuenta que tose menos cuando está entretenido y que no tose por la noche. Es tan intensa que muchas veces a las mujeres, sobre todo de edad avanzada, les causa incontinencia urinaria. Los médicos vemos a veces en la consulta como, después de un acceso de tos de este tipo, queda la silla humedecida a causa de la orina que se les ha escapado.
Los médicos hemos de ser muy cautos antes de hacer el diagnóstico de tos psicógena o nerviosa, y debemos desechar otras múltiples causas orgánicas de tos. Por eso casi siempre será necesario, teniendo en cuenta los datos aportados por el/la paciente en la entrevista, realizar otros exámenes para descartar otras causas de tos, sobre todo las más frecuentes y trascendentales. Un dato de la entrevista que nos puede ayudar a pensar en este tipo de tos es que “suele dormir por la noche”. Y la tos de las enfermedades orgánicas, aunque pueda ser menos frecuente que por el día, suele “mantenerse despierta por la noche”.
Conozco la tos de un amigo médico desde hace muchos años; incluso en los congresos lo he visto en ocasiones toser repetidamente y acercarse después a los stands de los laboratorios farmacéuticos para coger un corticoide inhalado y aspirarlo. Pensé que podría tener asma leve, aunque nunca se lo pregunté, pero últimamente lo encontré preocupado porque tosía más. Me dijo que había comenzado a tomar cortisona oral. Más tarde me contó que la cortisona por vía oral tampoco le había hecho nada. Le preguntaré si se trata de una tos nerviosa porque es un médico muy bueno y se habrá diagnosticado acertadamente. Ya se lo contaré.
Somatización: Transferencia de un distress psicológico en un síntoma físico.
P. D.: Aunque, después de leer este escrito, crea que su tos es psicógena, acuda al médico para que le confirme o desapruebe su diagnóstico. No puedo asumir responsabilidad alguna si usted ha hecho un juicio equivocado.
www.clinicajoaquinlamela.com
http://joaquinlamela.blogspot.com.es
https://twitter.com/LpezInfo
https://facebook.com/joaquinlamela
https://facebook.com/clinicajoaquinlamela
Google+