UN BUEN ENFERMO

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UN BUEN ENFERMO

Todas las personas enfermas quieren curarse, no quieren estar enfermas. Es posible que casi todos nosotros, a lo largo de la vida, suframos alguna enfermedad en algún momento. Y las enfermedades pueden tener mayor o menor importancia o gravedad. ¡Dichoso aquel que toda la vida estuvo sano y no necesitó acudir al médico! SER UN BUEN ENFERMO es muy beneficioso para el propio paciente, y lo es también para el médico que atienda su enfermedad.

¿Y que es ser un buen enfermo? Seguro que la respuesta a esta pregunta sería respondida de forma distinta por cada médico. Esta es únicamente una opinión personal, que no tiene por qué ser la verdad, pero creo que merece la pena que pierda unos minutos leyéndola. Un buen paciente es aquel que adopta una buena actitud ante la enfermedad . Me atrevo, como médico, y como enfermo que lo fui en alguna ocasión, a darle algunos consejos para conseguir esa buena actitud ante la enfermedad.

Un buen enfermo:

Acepta la enfermedad . Aunque no lo crea ni le haga gracia, usted también puede enfermar, como enferman todos los días tantas personas. No aceptar la enfermedad, “esconder la cabeza debajo del ala”, pensar, ¡como es posible que me pase esto a mí!, no resuelve las cosas, las empeora. Esta actitud, desafortunadamente, es bastante frecuente y los médicos la notamos cuando consultamos a un paciente con una enfermedad seria, con síntomas importantes y afectación del estado general; el paciente oculta los síntomas o los justifica y explica por causas banales (por ejemplo, “esto se debe a un golpe que llevé hace tiempo”; “no he perdido el apetito, he adelgazado porque hice dieta”, etc.). Y cuando se le informa que tiene una enfermedad más o menos seria puede referir que no se lo cree, que si no estaremos equivocados, que le parece imposible porque se encuentra muy bien…

No demora la consulta con el médico . Pensar, “esto ya se me pasará” no es bueno. Es verdad que uno sabe, por experiencias previas, si ese resfriado o catarro nasal, por ejemplo, es como los de siempre y no es necesario acudir al médico. Pero también lo es, que la mayor parte de las enfermedades respiratorias comienzan por el mismo síntoma, tos, y la tos de una o dos semanas puede ser debida a catarro nasal, bronquitis aguda, asma, sinusitis, tuberculosis, e incluso cáncer de pulmón. Si ese o esos primeros síntomas se agravan con el paso del tiempo, no demore la consulta con el médico.

Duda del médico si en la primera consulta emplea menos de 15 minutos en la entrevista o historia clínica y no se levanta para explorarle .

Le pregunta al médico acerca del diagnóstico . Es posible que el médico no sepa cual es su enfermedad, pero deberá decírselo a usted claramente, que aún no conoce cuál es su padecimiento, que es necesario realizar más pruebas para aclarar el diagnóstico o que tiene dudas (ver “Un buen médico”). Las dudas son habituales en los buenos médicos.

Cuando el médico le da un diagnóstico de su enfermedad, pregunta…
Si ya es un diagnóstico “seguro”.
Sobre el tratamiento recomendado . Solicitará al médico que se lo de por escrito y antes de salir de la consulta comprueba que lo entiende perfectamente, que ha comprendido las explicaciones sobre como utilizar los medicamentos inhalados, por ejemplo.
Cuales serán los efectos beneficiosos y qué efectos secundarios pueden causarle los medicamentos recomendados.
En que tiempo puede producirse la curación o como espera que evolucionará si se trata de una enfermedad crónica .

Si confía en la actuación del médico, sigue exactamente el tratamiento recomendado , no lee tan siquiera la información que acompaña a los medicamentos. Si nota algún efecto secundario o tiene cualquier duda que no se recordó preguntar en la consulta, se pone en contacto con el médico.

Cumple las recomendaciones generales de vida dadas por el médico, no fumar, no beber alcohol, caminar mucho y comer poco, por ejemplo- que a veces son más importantes que los medicamentos para una buena evolución de su enfermedad. Sócrates decía:
”Si alguien busca la salud, pregúntale si está dispuesto a evitar las causas de la enfermedad; en caso contrario abstente de ayudarle”

Si no confía en la actuación del médico cambia de médico.

2017-01-23T14:33:42+00:00 01 / 01 / 2006|Opinión|