Recuerdo que en la película, “El honor de los Prizzi”, el padre (no recuerdo el nombre del actor) le dice al hijo (Jack Nicholson): “Hijo, en la vida todo es un negocio”. Esta frase se la he repetido muchas veces a mis hijos, incluso a los pacientes, por diferentes motivos. No estoy seguro que alguno de los hechos que paso a referirles a continuación no se relacionen de alguna manera con este pensamiento o sentencia.
Los últimos años, un poco antes de que se inicie cada primavera, los representantes de los médicos alergólogos de nuestro país salen en la prensa escrita, radio y televisión diciendo más o menos: “Los problemas alérgicos en esta próxima primavera serán peores que en años anteriores, porque ha llovido mucho, etcétera, etcétera, etcétera”.
Hace muy pocos años, con la gripe aviar, se causó una gran alarma en la población mundial, desde los organismos oficiales, incluida la OMS, y luego quedó en una falsa alarma. Las compañías farmacéuticas vendieron una gran cantidad de los “antivirales” oseltamivir y zanamivir, que luego no fueron necesarios.
Con la gripe porcina actual (AH1N1) está sucediendo algo parecido, aunque es verdad que el número de afectados y muertos es mayor. En cualquier caso, mucho menores por ahora que los afectados y muertos que provocan las epidemias de la gripe “normal” anual. Hay diversas opiniones que relacionan toda esta enorme campaña de alarma sobre la gripe A en los medios de difusión escritos y de imagen, con los intereses económicos de las compañías farmacéuticas.
Es verdad que los “antibióticos” o fármacos antigripales oseltamivir y zanamivir existen en las farmacias de nuestro país desde hace años, pero no se recomendaban porque los médicos consideraban que su eficacia en la gripe era muy dudosa y únicamente se había demostrado –con reservas- que administrándolos en las primeras 24 horas del inicio de la gripe podrían disminuir uno o dos días la duración de los síntomas. Este pequeño efecto beneficioso, incluso dudoso, no pesaba más en la balanza que los efectos secundarios que podían producir los fármacos mencionados y el precio de los mismos, dado que con muy buen criterio no eran costeados por la seguridad social, y por tanto tenían que ser pagados por el paciente. No se ha demostrado que la administración precoz evite la neumonía viral.
Las complicaciones más serias de las gripes normales anuales son las neumonías, que pueden ser bacterianas o virales, por el propio virus de la gripe (virus influenza). Las más graves son las de causa viral por no existir antibióticos eficaces. Ahora sucede lo mismo, únicamente tal vez con la diferencia que hasta ahora parece que el AH1N1 afecta con mayor frecuencia a personas jóvenes que la gripe normal anual.
Seguro que no todo en la vida es un negocio, pero también es posible, como decía un querido y sabio doctor amigo mío, fallecido recientemente: “NADA SUCEDE POR CASUALIDAD”
Agosto, 2009