Relación de los médicos con la industria farmacéutica

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Relación de los médicos con la industria farmacéutica

(Resumen de la conferencia pronunciada el 4 de Marzo de 2016 en Oporto)

 “Uno no puede esperar decir la verdad. Solo puede explicar cómo llegó a profesar tal o cual opinión” (Virginia Wolf)

Después de ejercer la medicina durante cuatro décadas, las tres primeras con una relación “normal” con las compañías farmacéuticas y la última sin relación alguna, estas son mis opiniones sobre la relación de los médicos con la industria farmacéutica.
Los médicos, en nuestro país, debido al marketing agresivo de las compañías farmacéuticas y a nuestra pérdida de poder adquisitivo y deshonestidad, hemos caído en manos de las compañías farmacéuticas.
Las compañías farmacéuticas han basado el marketing fundamentalmente en el contacto directo de los visitadores médicos, las invitaciones a congresos y reuniones organizadas por ellas con la participación de “líderes de opinión”, los cursos de formación médica continuada, la financiación de sociedades y publicaciones médicas, y la financiación de organizaciones de pacientes.
“El objetivo es conseguir cincuenta o más recetas a la semana en cada zona […]. Y si no llegáis a ese número, tendréis que preguntaros si esa relación de confianza que decís tener con los médicos es realmente tan buena. ¡Hacedlos responsables de todo el tiempo invertido, de las muestras, de las comidas y cenas y de los eventos que les habéis proporcionado y cerrad el trato! ¡Está en vuestras manos!”. Este Mensaje del Gerente Regional de Novo Nordisk a sus visitadores médicos, fue publicado en 2006 por el New York Times.
Las invitaciones a congresos y reuniones organizadas por ellas, son otra parte muy importante del marketing de las compañías farmacéuticas. En ellas participan “líderes de opinión”, la mayor parte de ellos creados por las propias compañías farmacéuticas y todos o casi todos ellos con unas cualidades o características muy peculiares.
Las compañías farmacéuticas le dan también una gran importancia a los cursos de formación médica continuada organizados por ellas; dicen que son lo que mueve el mercado.
En las web de todas o casi todas las sociedades médicas de nuestro país figuran como principales patronos las compañías farmacéuticas. Estas conceden una gran cantidad de dinero para la organización de congresos, reuniones y cursos de formación con conferenciantes elegidos por ellas, pagos por conferencias de los miembros de las juntas directivas, becas, etcétera.
Los números ordinarios y extraordinarios de las revistas o publicaciones oficiales de las sociedades médicas son financiados por las compañías farmacéuticas. Pero también presionan a revistas de fama mundial para que publiquen ensayos sufragados por ellas, dándoles después grandes cantidades de dinero por miles de copias o separatas del artículo publicado que luego entregan a los médicos.
Y financian también las asociaciones de enfermos; esta financiación contribuye a que los pacientes presionen a los gobiernos para que aprueban medicamentos de dudosa utilidad o beneficio.
Las compañías farmacéuticas gastan en comercialización y publicidad el doble que en investigación y desarrollo de un nuevo fármaco.
La pérdida de poder adquisitivo del médico en nuestro país en las últimas décadas también ha contribuido a que los médicos hayamos caído en las manos de las compañías farmacéuticas.
Y por supuesto nuestra deshonestidad. Los médicos somos igual de deshonestos que los demás. Nos hemos olvidado de alguna de las 4 H que debe tener todo buen médico, según William Osler: honestidad, humanidad, humildad y humor.
Si seguimos así, comparto lo escrito por Richard Smith, médico y exdirector de la prestigiosa revista British Medical Journal, en el prólogo del libro «Medicamentos que matan y crimen organizado. Cómo las grandes compañías farmacéuticas han corrompido el sistema de salud», de Peter C. Gotzsche: «los médicos acabarán cayendo en desgracia ante la opinión pública, como ya ha ocurrido con periodistas, diputados y banqueros, por no haber sido capaces de ver hasta qué punto han aceptado la corrupción».
Para desasirnos de las compañías farmacéuticas deberíamos parar ya esta relación impropia para los médicos, nefasta para los enfermos y contraproducente para los ciudadanos. Además, la formación continuada del médico debería hacerse por cuenta de la empresa o costeada por el propio médico; el médico debería dejar de pertenecer a Sociedades Médicas que se financien con las compañías farmacéuticas, y no debería aceptar invitaciones a congresos, ni subscripciones a revistas o libros pagados por las compañías farmacéuticas; y no subscribirse a revistas médicas financiadas por la publicidad y otras cosas de las empresas farmacéuticas.
Todos los médicos debemos contribuir a cambiar esta relación con las compañías farmacéuticas, aunque solo lo hagamos por los futuros médicos.

Joaquín Lamela López, MD, FCCP
Clínica Privada de Neumología
www.clinicajoaquinlamela.com
Orense (España)

2017-01-23T15:50:06+00:00 01 / 01 / 2016|Opinión|