UNA MEDICINA EXIGENTE Y EN LIBERTAD

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UNA MEDICINA EXIGENTE Y EN LIBERTAD

Este médico y responsable del Grupo Hospital de Madrid pone de manifiesto las peculiaridades y dificultades empresariales que tienen los centros sanitarios, tanto los públicos como los privados, y pide mejorar la transparencia a la hora de comunicar a la sociedad los resultados médicos logrados

JUAN ABARCA CAMPAL
Salud/El Mundo 11 de febrero de 2010

Una de las profesiones más duras e imprescindibles para la sociedad es, sin duda, la de empresario. Su principal objetivo es conseguir los mejores resultados económicos para la empresa, generar además valor añadido y hacerla crecer creando nuevos puestos de trabajo a la vez que se consolida la sociedad. Sin embargo, existe una excepción: la empresa hospitalaria. El primer objetivo de ésta es obtener los mejores resultados médicos para no poner en peligro el valor supremo del hombre: la vida.
La empresa hospitalaria se diferencia de las demás en que -teniendo un amplio abanico de profesiones, la mayoría de ellas de formación universitaria- también proporciona múltiples satisfacciones personales a quienes la dirigen. Somos conscientes de que por muchas satisfacciones que recibamos, éstas jamás compensarán un fracaso indebido e inexplicable ante un enfermo.
Esta situación trastorna a los médicos de tal manera que, en el caso concreto de los cirujanos, muchos días no querrían despertarse cuando se complica de manera grave un enfermo cuyo pronóstico era en un principio leve. Algo que no suele suceder con la del empresario normal. Por mal que le vaya la empresa, y no duerma muchas noches por culpa de las complicaciones, siempre se quiere levantar ya que, en gran parte, depende de él mismo la posibilidad de sacar su compañía adelante.
Un hospital es una empresa vulnerable y muy compleja que tiene que estar en alerta las 24 horas los 365 días del año.
La puesta en marcha de un centro privado requiere, para poder presentar regularmente sus resultados médicos, de una inversión muy importante. Hay muchas ocasiones en las que las nuevas tecnologías adquiridas, por el desarrollo innovador, se tienen que renovar sin estar todavía amortizadas. La infraestructura permite aumentar la seguridad del enfermo al ubicar cada servicio en el lugar adecuado.
La publicación de resultados médicos debería ser obligatoria para todos los hospitales públicos y privados. Es una de las mejores formas de mantener la confianza de los pacientes. Así ocurre en otros países de nuestro entorno. La revista americana ‘News’ publica anualmente los resultados de todos los hospitales, para que los conozca toda la sociedad.
Habría que pedir a la Administración que clasifique y catalogue todos los centros hospitalarios de acuerdo a sus prestaciones y reunirlos en una red al alcance de cualquier paciente. En el caso de la sanidad privada, todos los centros deberían tener los mismos derechos y obligaciones, ya que están funcionando en un mismo mercado.
La universalidad es la causa de las llamadas listas de espera en la medicina pública. Con voluntad política todos los pacientes que lo desearan, y no sólo los funcionarios, tendrían que poder elegir a través de las aseguradoras, médico y centro en un sistema garantizado, máxime cuando la sanidad privada ya cubre cerca de un 40% de la asistencia global y parece que va en aumento, con el consiguiente ahorro para la Sanidad Pública.
El ciudadano debería poder desgravarse de alguna forma la prima que gasta en la privada, ya que al no utilizar la pública ayuda a sostener el sistema.
Corrían principios de los años 80 y llevando ya 10 años de ejercicio profesional como cirujano, me percaté de que estábamos asumiendo muchas veces las responsabilidades de algunos gerentes, que buscaban resultados económicos como objetivo más importante. Los cirujanos, frente a esta situación de dependencia profesional y ahorro en el gasto sanitario, estábamos en el descansillo del miedo y, lo que es peor, en el de la omisión.
Frente a tal discriminación ante los ciudadanos, deduje que era imprescindible intentar crear un modelo de sanidad basado en principios inmutables, tales como «la vocación necesita la libertad como medio imprescindible del buen curar, ésta se consigue si el médico controla parcialmente su medio de trabajo, el hospital».
Otros principios serían: «El buen curar analiza todas las circunstancias de cada enfermo en particular; si éste se cura con angustia, el médico no tiene vocación; si no es capaz de evitarla no tiene libertad».
Con esta filosofía y ayudados de nuestra experiencia, y con el firme deseo de ofrecer los mejores resultados médicos, creamos hace casi 20 años un modelo hospitalario acorde a un decálogo cuyos principios son tan claros y contundentes que, de hecho, lo protegen ante cualquier alteración, contaminación o irregularidad asistencial. Se ha logrado gracias a la ilusión de profesionales, cuya vocación les lleva a defender, por el bien del enfermo, lo que consideran suyo: el hospital.
Juan Abarca Campal es creador y actual presidente del Grupo Hospital de Madrid

2017-01-23T14:57:42+00:00 01 / 01 / 2010|Opinión|