LLEGA LA PRIMAVERA, ¿TAMBIÉN EL ASMA?

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LLEGA LA PRIMAVERA, ¿TAMBIÉN EL ASMA?

Doctor Joaquín Lamela López
Médico Neumólogo
info@clinicajoaquinlamela.com
(Publicado en La Región el  24 de marzo de 2010)

“Cuando no puedes respirar, no hay nada que importe más” (American Thoracic Society)

    Desafortunadamente el asma llega por primera vez y se agrava en todas las estaciones del año porque el asma no es alergia respiratoria. El asma es una enfermedad inflamatoria de los bronquios.
El árbol bronquial, con la tráquea y los bronquios, tiene la misma disposición que el tronco y las ramas de un árbol. La tráquea (tronco) y los bronquios (ramas) también se van adelgazando a medida que avanzan hacia las zonas periféricas de los pulmones. La única diferencia es que la tráquea y los bronquios son conductos huecos para permitir el paso del aire. En el asma, la inflamación de los bronquios reduce la abertura por donde pasa el aire cuando respiramos. Esta es la principal razón por la que los enfermos con asma notan dificultad para respirar. Otros síntomas que suelen acompañar a la dificultad respiratoria en el asma son la tos, los ruidos sibilantes que los pacientes describen como “gaitas”, y la apretura en el pecho.

Una persona puede enfermar de asma en cualquier estación del año. Un enfermo con asma puede agravarse en todas las épocas del año. La causa más frecuente de agudizaciones de los pacientes asmáticos son las infecciones víricas de vías altas respiratorias -resfriado común-, que tienen una mayor incidencia en el otoño e invierno.
Hay un porcentaje de pacientes con asma, jóvenes en su mayor parte, que se agravan en la primavera por los pólenes de gramíneas y árboles en el aire que respiran. Aunque hace años se creyó que podrían ser causantes del asma en algunos enfermos, hoy son considerados únicamente agentes agravantes. Algunos pacientes asmáticos se agudizan en la época primaveral y en el verano, sin tener alergia a pólenes de gramíneas o arbustos, por el efecto irritante de los pólenes o “polvillo” que se desprenden de las plantas y árboles en estas épocas del año. Otros se agravan por los cambios frecuentes de temperatura que se producen en la primavera, lo mismo que sucede en el otoño. Muchos otros enfermos con asma empeoran con el frío y las nieblas y mejoran cuando cambian a climas más secos, aunque también puede suceder lo contrario.
Todos los años los médicos alergólogos nos recuerdan que esta primavera será muy mala para los pacientes asmáticos con alergia a los pólenes de gramíneas y árboles porque ha llovido mucho durante el invierno. Casi todos los inviernos suele llover mucho. Claro que si la primavera y el verano siguientes también son lluviosos, con poco sol y viento, estas condiciones favorecerán a los pacientes con asma y rinitis alérgicas. Nunca llueve o hace sol a gusto de todos.
Para diagnosticar a los pacientes con asma y rinitis que se agravan con la exposición ambiental a los pólenes de gramíneas y árboles es más importante la realización de una buena y detallada entrevista o historia clínica al paciente –decía William Osler, un excelente médico canadiense, “si escuchas al enfermo el te está diciendo el diagnóstico”, sentencia aún hoy tan vigente como antes- que las pruebas cutáneas alérgicas. Un porcentaje no desdeñable de personas que no padecen asma ni rinitis tienen pruebas cutáneas positivas a distintos alergenos.
El mejor tratamiento de los pacientes con asma y rinitis que se agravan con la exposición ambiental a los pólenes de gramíneas y árboles es evitarlos, con las medidas ya conocidas -dormir y conducir con las ventanas y ventanillas cerradas, evitar en lo posible viajar a los lugares que anteriormente causaron agravamientos del asma o rinitis-, y antiinflamatorios (corticoides) inhalados por vía bucal para el asma y por vía nasal para la rinitis. Solo en los pacientes que no se controlen adecuadamente los síntomas habrá que valorar distintas medidas terapéuticas, como otros antiinflamatorios e inmunoterapia. Y siempre teniendo en cuenta aquello que decía nuestro excelente médico, el doctor Gregorio Marañón, “no hay enfermedades sino enfermos”.

2017-01-23T14:57:14+00:00 01 / 01 / 2010|Opinión|