Gripe mal curada

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Gripe mal curada

Cada año, a partir del mes de diciembre aumenta el número de pacientes con gripe y unas seis semanas después se alcanza el pico de mayor incidencia, que suele coincidir con los días finales de enero o durante el mes de febrero. Algún año hay un segundo incremento de los casos de gripe en los dos o tres meses siguientes.

Los síntomas de la gripe (escalofríos, fiebre, dolores musculares, tos, estornudos y lagrimeo, malestar general, dolor de cabeza, etc.) duran aproximadamente una semana y después desaparecen, para volver al estado previo a la gripe entre los siete y catorce días siguientes.

Algunos pacientes no se recuperan del todo. Cuando esto sucede la gente habla de «gripe mal curada».

«Gripe mal curada» no es un término apropiado pues aunque es verdad que el periodo de convalecencia o recuperación después de una gripe es muy variable en cada paciente, también lo es que este nombre no existe en la terminología diagnóstica médica y lo que popularmente se conoce como «gripe mal curada» se trata de complicaciones post-gripales, otros procesos que simulan gripe o trastornos que estaban «dormidos» y a causa de la gripe -el propio proceso latente pudo dar síntomas que se confundieron con la gripe- comenzaron a manifestarse clínicamente. Debido a que los síntomas se iniciaron en un momento de la epidemia de gripe el paciente puede dejar transcurrir semanas e incluso meses por creer que se trata de «una gripe mal curada» y no saber que los síntomas de la gripe desaparecen totalmente en dos o tres semanas. Por eso es fundamental consultar al médico si el paciente no se ha recuperado dos semanas después del inicio de los síntomas gripales para descartar complicaciones respiratorias de la misma, que se trate de otra enfermedad que simuló gripe o que exista un trastorno oculto que no había causado síntomas antes de la gripe o que habían sido mal percibidos por el paciente.

1. COMPLICACIONES RESPIRATORIAS DE LA GRIPE.

La complicación más frecuente e importante de la gripe es la neumonía . La neumonía post-gripal es una infección de los pulmones la mayor parte de las veces causada por una bacteria -neumococo, hemofilus, estafilococo, etc.- que debe ser diagnosticada y tratada lo antes posible. Es la principal causa de mortalidad durante las epidemias de gripe, sobre todo en las personas de edad avanzada. Con menor frecuencia la neumonía está causada por el propio virus de la gripe; en este caso el pronóstico puede ser más grave porque puede afectar de forma difusa a ambos pulmones y no hay antibióticos eficaces contra el virus de la gripe, llamado influenza.
Una complicación más rara y menos grave es la sinusitis . Es una infección de los senos paranasales -cavidades aéreas revestidas de mucosa, localizadas en los huesos craneales, que se comunican con la cavidad nasal: senos maxilares, frontales, etmoidales y esfenoidales- habitualmente de origen bacteriano. Aunque no es grave conviene diagnosticarla y tratarla precozmente para evitar las molestas complicaciones de la misma si se cronifica: mucosidad nasal y goteo crónico de secreciones nasales a la garganta, tos crónica, obstrucción nasal, dolores de cabeza, pérdida de olfato, voz nasal, etc.

2. PROCESOS QUE SIMULAN GRIPE Y NO LO SON.

Durante las epidemias de gripe, cualquier proceso respiratorio con síntomas de tos, expectoración, fiebre, cansancio, sudoración, malestar general, etc., es fácil que sea atribuido a la gripe. Debemos tener en cuenta una vez más que en la gripe sin complicaciones, a partir de la primera semana los síntomas comienzan a mejorar y desparecen en una o dos semanas más. Por eso, un paciente que presente un «cuadro gripal», es decir síntomas como los de la gripe, y no se sienta mejor después de una semana debe consultar al médico porque puede tratarse de otra enfermedad.

Pueden simular gripe la neumonía, sinusitis aguda, tuberculosis pulmonar y otros procesos inflamatorios pulmonares más raros.

La NEUMONÍA es una infección pulmonar por diversos gérmenes -neumococo, micoplasma, hemofilus, legionella, etc.- que se manifiesta con síntomas parecidos a los de la gripe, escalofríos, fiebre, cefalea, tos con o sin expectoración, pero suele haber dolor pleurítico en uno o en los dos hemitórax (al dolor torácico que aumenta con la tos o movimientos respiratorios se le conoce como dolor pleurítico). Si la neumonía está causada por gérmenes «atípicos» -virus, micoplasma, legionella, clamydia, etc.- los síntomas pueden parecerse aún más a los de la gripe, ya que el dolor torácico no es frecuente en este tipo de neumonía. Los pacientes con neumonía no presentan el dolorimiento generalizado de la gripe («trancazo») ni los síntomas nasales u oculares. Es importante diagnosticarla precozmente porque los antibióticos curan las neumonías bacterianas y la mortalidad puede aumentar si se retrasa el inicio del tratamiento.

La SINUSITIS AGUDA es una infección de los senos paranasales que puede ser causada por virus o bacterias. Como es difícil diferenciar una causa de la otra casi siempre se trata con antibióticos y la evolución es favorable. Los síntomas son aumento del moco nasal que puede ser de coloración verdosa e incluso maloliente, obstrucción nasal, dolor de cabeza que los pacientes refieren como pesadez o «cargazón» a nivel frontal y de la región superior de la cara, voz nasal, goteo post-nasal del moco, estornudos, tos con expectoración de las mismas características que el moco nasal y fiebre que no suele ser muy elevada. También puede haber pérdida de olfato. Habitualmente los síntomas del paciente son suficientes para diagnosticar sinusitis aguda pero algunas veces puede ser conveniente hacer una radiografía o una TAC de senos paranasales.

La TUBERCULOSIS PULMONAR se presenta habitualmente con tos y fiebre. La gripe suele tener un inicio brusco con escalofríos, fiebre, dolor generalizado, síntomas nasales, oculares y de garganta, y la tuberculosis un comienzo más insidioso: la tos va aumentando progresivamente, son raros los escalofríos y la fiebre puede ser poco elevada y vespertina (se manifiesta preferentemente por la tarde). Es muy importante diagnosticar la tuberculosis precozmente, antes de que aparezcan los síntomas que indican afectación general -cansancio, sudoración, pérdida de apetito y peso, etc.- porque en este estadio la enfermedad ya está avanzada, el riesgo de contagio aumenta y las cicatrices pulmonares post-curación son más frecuentes.

3. OTROS PROCESOS LATENTES QUE PUEDEN MANIFESTARSE Y CONFUNDIRSE CON LA GRIPE.

La tuberculosis pulmonar, el cáncer de pulmón y otros procesos más raros (neumonía organizada, etc.) pueden simular gripe. La tuberculosis pulmonar ya fue comentada más arriba.

El CÁNCER DE PULMÓN , una verdadera epidemia, está causado en más del 90% de los casos por fumar cigarrillos.
La tos suele ser el síntoma inicial más frecuente pero el paciente con cáncer de pulmón también puede tener escalofríos, fiebre, cansancio y pérdida de apetito.

El paciente con cáncer de pulmón que aún no ha dado síntomas puede tener la gripe y a continuación iniciarse los síntomas del cáncer de pulmón.

No es infrecuente, desafortunadamente, que un paciente acuda a consultarse después de varias semanas e incluso meses con tos, esputos con sangre, cansancio, pérdida de apetito, etc., causados por cáncer de pulmón y que los achaque a la «gripe mal curada».
Por todo lo comentado sería bueno desterrar la expresión «gripe mal curada» de nuestro léxico. Cuando los síntomas de gripe duran más de una o dos semanas debe consultarse al médico porque puede tratarse de una complicación de la gripe o de una «falsa gripe», es decir, de otra enfermedad, a veces importante, que puede parecer gripe o que la gripe se presentó cuando el proceso estaba comenzando a manifestarse, a dar la cara, y lo enmascaró.

Recuerde

No existe la «gripe mal curada».
Existen complicaciones de la gripe, como neumonía o sinusitis, y es importante diagnosticarlas y tratarlas precozmente.
Otras enfermedades, como sinusitis aguda, tuberculosis pulmonar, cáncer de pulmón, etc., pueden simular gripe.
Si los síntomas de gripe no mejoran después de una semana, debe consultar al médico.

2017-02-03T15:54:37+00:00 03 / 02 / 2017|Consejos, Salud|