Bronquitis aguda
“Un enfermo pega el mal a veinte sanos y mil sanos no pegaron jamás salud a un doliente” (Francisco de Quevedo)
El otro día, cuando iba a tomar café al bar del hospital -tomo varios cafés al día porque no hacen daño y me mantienen más despierto en el trabajo, o eso creo-, me encontré en el pasillo a una conocida auxiliar de enfermería, que estaba de baja laboral y preocupada por lo que tenía o padecía desde hacía dos semanas, y porque su médico de cabecera la había enviado a un servicio de urgencias hospitalario.
– Sabe, me encontraba tan mal que mi médico me envió a urgencias del hospital, y allí me diagnosticaron broncoespasmo y bronquitis. ¿Qué es broncoespasmo?
– Esté tranquila. Broncoespasmo no es un diagnóstico porque no es una enfermedad. Los médicos llamamos o hablamos así, tal vez incorrectamente, cuando auscultamos ruidos, como silbidos, en el pecho del paciente y queremos expresar que sus bronquios están obstruidos, “atascados”.
– ¿Y por qué se produce el broncoespasmo?
– Indica disminución del orificio de los bronquios, por donde pasa el aire que respiramos, por contracción o espasmo de sus músculos, pero en la bronquitis aguda, que probablemente es lo que tuvo y aún tiene -acaba de toser con ruidos audibles, como los de un “gato”, dice ella-, hay inflamación de los bronquios más grandes, que tienen músculo, y de otros bronquios más pequeños que no lo tienen, y la inflamación del recubrimiento interior (mucosa) de los bronquios también produce estrechez de los mismos. Esta inflamación bronquial sería como la hinchazón que se produce en la piel cuando nos pican los mosquitos en verano.
– A mi no se me hincha la piel cuando me pican los mosquitos.
– ¡Qué suerte tiene!, le dije.
– Bueno. ¿Y por qué tuve una bronquitis aguda? Porque antes nunca había tenido nada semejante en el pecho, ni tan molesto.
– Es posible que así sea, pero también lo es que ya lo haya olvidado. Las bronquitis agudas están causadas por virus, y casi siempre comienzan con un resfriado común o catarro nasal -estornudos, goteo o descarga nasal, dolor de cabeza, cansancio-, o por molestias desagradables en la garganta, como sensación de tener una herida, e incluso afonía, y luego aparecen los síntomas bronquiales y torácicos: tos seca al principio y más tarde con flemas de color blanquecino e incluso amarillento o verdoso, dolor muscular torácico y abdominal, “como agujetas”, causado por tos repetida, y sensación de tener dificultad respiratoria, sobre todo con los accesos de tos y más por la noche (todo está más negro).
– ¡Pero usted no se imagina lo mal que se pasa! Ahora, gracias a Dios o al médico que me atendió en urgencias, ya estoy mejor con el tratamiento que me ha dado.
– ¡No me lo imagino, lo sé! Padezco una o dos bronquitis todos los años, habitualmente en otoño y primavera, y en muchísimas ocasiones me he levantado de la cama por la noche para ir a toser al salón y no despertar a mi mujer. Me gusta que haya nombrado también al médico, y no solo a Dios, porque los pacientes y sus familiares, generalmente, cuando mejoran de la enfermedad lo achacan a la misericordia de Dios y cuando las cosas van mal lo atribuyen a la torpeza del médico. ¿Por qué asegura que está mejor con el tratamiento que le han recomendado?
– Porque después de comenzar a tomar el antibiótico y el spray que me recomendó el médico de urgencias, que lleva un corticoide además de un broncodilatador, me fui sintiendo mejor.
– Sin embargo, yo creo que ha mejorado porque ya llevaba una semana de evolución y es más o menos el momento en que la inflamación de la bronquitis aguda empieza a mejorar espontáneamente, sin relación con el antibiótico que se haya recomendado, porque los antibióticos no tienen efecto beneficioso alguno en las infecciones virales respiratorias, ni con el spray de corticoides, que no está indicado en la bronquitis aguda porque no mejora los síntomas ni acorta el tiempo de evolución. Es decir, en una persona previamente sana como usted, la bronquitis aguda está causada por virus el 99 por cien de las veces, y no hay tratamiento alguno que acorte los síntomas de la enfermedad. Bueno, solo uno, no fumar cigarrillos para no aumentar y prolongar la inflamación causada por la infección. ¿Ha fumado algo estos días?
– Bueno…, nada, solo algún cigarrillo… Entonces, ¿por qué nos recomiendan los doctores medicinas en la bronquitis aguda?
– También yo seguía fumando, aunque menos, cuando tenía bronquitis, pero al menos no acudía al médico. Para el médico es difícil entender que los fumadores continúen fumando cuando acuden a consultarse solicitando remedio para la bronquitis, y cuando ellos mismos –los pacientes- conocen que la inhalación del humo de cigarrillo les agrava los síntomas.
Y contesto a su pregunta. Ya le dije en alguna ocasión que los médicos, como los fontaneros o los ingenieros, somos todos distintos, y lo que menos nos cuesta es prescribir medicinas. Aquí, cuando la gente padece catarros (bronquitis) o gripe visita mucho más al médico que la de de otros países –los holandeses, durante la epidemia de gripe, no van al médico, se limitan a hacer remedios caseros si la padecen-. Y en casos como el suyo es raro que el paciente no salga de la consulta al menos con algún jarabe –medicamentos “inocentes” que entretienen al enfermo, según los neumólogos mexicanos, porque no hacen bien pero tampoco hacen daño-, ya que lleva más tiempo, y es más difícil, persuadir al enfermo de que la bronquitis es como la gripe, pero sin fiebre y con síntomas más benignos, para la que tampoco hay tratamientos beneficiosos excepto el tratamiento sintomático. Y por una razón más. ¿Quiere que se la explique?
– Sí, por favor.
– ¡Uy! Usted está de baja laboral, pero yo tengo que seguir trabajando. Mañana, en el tiempo del café, continuaremos hablando de la bronquitis aguda, que ha anunciado su llegada con la caída de las temperaturas.
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