“Una pitada espectacular”

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“Una pitada espectacular”

«El público siente en masa y reunido de una manera muy distinta que cada uno de sus individuos en particular» (Mariano José de Larra)

Hace pocos días hablaba de Xavi, el magnífico jugador del Barcelona, con unos amigos, y les decía que me parecía muy listo, por su cara, por su mirada, por declaraciones anteriores en la prensa o TV, e incluso cuando gritó ¡Viva España! cuando la selección española de fútbol ganó el campeonato mundial. Después de leer sus declaraciones en los periódicos, el martes 2 de junio de 2015, ya no sigo pensando lo mismo. Tengo más dudas. Dijo que la pitada del Camp Nou, el día que se jugó la final de la Copa del Rey entre el Barcelona y el Atlético de Bilbao, había sido “espectacular”, y añadió: “en vez de sancionar deberían preguntarse por qué pitan”.
No le voy a preguntar a Xavi si diría lo mismo si todos aquellos enloquecidos -Cruiff, nada sospechoso, dijo poco después que a los que pitaron el himno debía faltarles un tornillo porque no entendía que se pite el himno nacional ni ningún otro himno, y porque además es de mala educación- hubiesen pitado al himno de Cataluña. No sé si los catalanes tienen un himno sin letra como el de España, de todos los españoles y también suyo porque Cataluña aún pertenece a España. Si creo que tienen uno para los catalanes que no quieren relacionarse con el resto de España para algunas cosas.
Pero, ya que él dice que nos deberíamos preguntar por qué pitaban aquellos energúmenos, entonces voy a preguntarle:
– ¿Por qué el Barcelona Club de Fútbol y muchos de sus jugadores que desean la independencia para Cataluña juegan la Copa del Rey de España? ¿Solo por la pela? Pues son bien cobardes y miserables.
– ¿Por qué juegan la Liga Española de Fútbol si no quieren saber nada de España? ¿Solo por la pela? Pues les digo lo mismo: son bien miserables. Acabo de leer ahora mismo lo que dijo Piqué cuando el Barcelona ganó la Liga Española de Fútbol en 2010: “¡Españolitos, ya os hemos ganado vuestra Liga Española, que os den!”. Sin comentarios. Y recuerdo cuando hace unos años le preguntaron a un directivo del Barcelona si seguirían jugando en la Liga Española de Fútbol en caso de independizase Cataluña de España y contestó que por supuesto, lo mismo que juega Mónaco en la Liga Francesa. Creo que Mónaco nunca perteneció a Francia, sino que estuvo bajo su protectorado, y por tanto no se independizó de ella.
Lo que hicieron los exaltados que llenaban el estadio no fue una pitada espectacular. Fue la pitada de una masa rabiosa, de un montón de personas maleducadas, muchas de ellas estúpidas -espero que no lo fueran todas las que estaban allí, porque entonces el porcentaje de estúpidos en Cataluña sería mucho más elevado que el del resto de España-, que cuando están unidas se sienten fuertes, incluso en ese momento hasta se pueden sentir inteligentes. Si había personas no estúpidas entre las que pitaron, seguro que lo hicieron por miedo o por seguir a la manada.
Recuerdo ahora que una de las Leyes Fundamentales de la Estupidez, de los estúpidos claro, es la de hacer mal a otras personas sin sacar beneficio alguno, a diferencia de los malvados. Todas aquellas personas de la pitada espectacular, como le llamó Xavi, molestaron e insultaron a muchos españoles, sin sacar ellos bien alguno.
Y lo que más me llamó la atención fue la sonrisa del Presidente de la Generalidad que me parece desde hace mucho tiempo un gran estúpido. Da pena ver a un señor, representante del Gobierno de España en Cataluña, sonreír de aquella manera mirando a su Rey. Era Arturo desde el 1956 en que nació hasta el 2000, cuando que se cambió el nombre por Artur, no sé si antes o después de llegar a ser el Presidente de la Generalidad (estoy preocupado por si esto es una característica de las personas estúpidas, porque yo también me lo cambié por esas fechas). Ya sé que mi amigo, si lee esto, me dirá que si llegó a donde ha llegado no es estúpido, y si lo hace me daré cuenta que no leyó la segunda parte del librito o la fotocopia, que creo que fue lo que le regalé, donde el autor de «Allegro ma non troppo» demuestra que el número estúpidos es el mismo entre los gobernantes, cardenales, catedráticos o presidentes de autonomías que entre los bedeles de las Universidades o trabajadores de la construcción.
Si leyeran esto Xavi y Artur Mas estoy convencido que no les molestaría lo que aquí se dice de ellos. Por aquello en lo que siempre se basan: la libertad de expresar o manifestar las opiniones. Creo que la libertad de expresión tiene límites: cuando se ofende a otras personas sin razón alguna. La mejor ofensa, que muchos españoles entenderíamos, casi aplaudiríamos, hubiera sido que el Barcelona y el Atlético de Bilbao no jugasen la Copa del Rey de España, o, al menos, que  aquella masa de energúmenos maleducados no hubiese acudido al estadio.
Creo que una justa y ejemplar sanción sería que durante varios años o indefinidamente, mientras no se comporten con educación mientras suena el himno español, no se les permita a estos dos Clubs jugar la Copa de Fútbol del Rey de España. Incluso podrían salir beneficiados. Jugando solos los dos, un año la Copa del Presidente de la Generalidad y al siguiente la del Presidente del País Vasco, tendrían posibilidades de ganar más número de trofeos.
Qué envidia sentí de América y los americanos cuando estaba viendo y oyendo, según Xavi, la pitada espectacular del comienzo del partido y cuánto siento a veces no haber nacido allí o en otro país con menos rabiosos maleducados. Porque este país, por el momento aún España, no tiene remedio, o solución como diría Pérez Reverte.
¿Tendrá razón Mariano José Larra? No lo creo, porque dudo que todos aquellos energúmenos de la «pitada espectacular» sientan o razonen, ya sea solos o en manada.

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2017-01-23T15:40:57+00:00 01 / 01 / 2014|Opinión|