“El más importante y principal negocio público es la buena educación de la juventud” (Platón)
Un cigarrillo electrónico, llamado por la Organización Mundial de la Salud, sistema electrónico de administración de nicotina (también llamado “eCig”, «eCigarro», «eCigar», «Vaporizador Electrónico») es una alternativa al cigarrillo para las personas que desean seguir fumando sin inhalar ellas, ni las otras personas que estén a su alrededor, muchas de las sustancias nocivas del tabaco. El aparato, por sí mismo, únicamente vaporiza la sustancia contenida en los cartuchos, provocando la expulsión de vapor que imita al humo del cigarrillo tradicional y consigue en el usuario un efecto similar.
El aparato adopta la forma de una varita, ligeramente más larga que un cigarrillo normal (los que imitan exactamente a un cigarrillo normal no suelen ser una opción adecuada por lo general), aunque los hay en formatos mas voluminosos, equivalente a puros y pipas que cuentan con mas autonomía.
La boquilla del aparato contiene un cartucho recambiable o recargable lleno de líquido. Las principales sustancias que contiene el líquido son: propilenglicol y/o glicerina vegetal, nicotina en diferentes dosis como opcional (por lo general entre 0 y 36 miligramos (mg) por mililitro (ml)), sabores y aromas opcionales. Los cigarrillos típicamente contienen 1 a 2 mg de nicotina, pero la nicotina tiene efectos tóxicos sustanciales a dosis más altas. La dosis letal para un niño es 10 mg, el contenido de la mitad de una caja de cigarrillos.
Cuando el usuario inhala a través del aparato, el flujo de aire es detectado por un sensor. Un microprocesador activa entonces un nebulizador (popularizado por la industria como atomizador), que inyecta minúsculas gotitas del líquido en el aire que fluye y lo activa también un diodo emisor de luz de color naranja (que en los últimos modelos puede ser de otros colores: verde, azul, rosa, etc.) en la punta de aparato para simular mejor el acto auténtico de fumar.
Generalmente, los cigarrillos electrónicos utilizan una batería recargable como fuente de energía. La duración de la batería varía entre distintos aparatos, mientras que algunos duran un día entre recargas, otros duran hasta una semana, o eso afirman sus vendedores, en cualquier caso es según su capacidad en mAh y el uso que se haga del aparato. La experiencia de los usuarios es que la duración de las baterías cargadas va de 2 a 5 horas en los modelos más convencionales, a 12 a 24 horas en los modelos especiales (en pipas, puros, y algún otro modelo con baterías especiales adjuntas). Existen nuevas baterías que duran hasta 60 horas por ejemplo la del kick duo con tan solo un tiempo de recarga de 3 horas.
Desarrollado en China por Hon Lik de Ruyan, el producto ya patentado se vende libremente en Europa, Japón y Estados Unidos como una alternativa para sustituir el tabaco o utilizarse donde no se permite fumar tabaco y su uso es cada vez más generalizado.
Fumar el cigarrillo electrónico se conoce actualmente como «vapear» y se deriva del término inglés vaping. Los usuarios del cigarrillo electrónico denominan los cigarrillos comunes como cigarrillos analógicos y los electrónicos como cigarrillos digitales.
La Organización Mundial de la Salud advierte a los consumidores que no se reconocen a las marcas que figuran como terapia efectiva de reemplazo del tabaco o se digan reconocidas por este organismo debido a la carencia de estudios rigurosos que demuestren la efectividad del cigarro electrónico como terapia de reemplazo o acerca de sus niveles de toxicidad, sin embargo, la OMS no descarta su utilidad conforme se realicen estudios en profundidad. Por otro lado, la Agencia de Drogas y Alimentos estadounidense, en un somero análisis a dos marcas líderes, encontró dos grupos de sustancias que consideró potencialmente como dañinas: el dietilenglicol y las nitrosaminas. Mientras tanto, el departamento de salud de Canadá solo menciona la presencia de dietilenglicol y la necesidad de realizar análisis posteriores.
La Asociación Americana de Médicos de Salud Pública ha recomendado a la FDA (Agencia de Drogas y Alimentos) estadounidense reclasificar al cigarrillo electrónico como un producto de tabaco (en lugar de una combinación de fármaco/dispositivo) argumentando que existe la posibilidad de «salvar la vida de cuatro millones de los ocho millones de fumadores actuales en Estados Unidos que de otro modo morirán de una enfermedad relacionada con el tabaco durante los próximos veinte años».
Recientemente un juez ha dictado sentencia, en la que se da apoyo a la distribución del cigarrillo electrónico en Estados Unidos. Los cigarrillos electrónicos por sí mismos no contienen nicotina. El uso de esta sustancia para paliar los efectos del síndrome de abstinencia queda a elección de los usuarios, y viene determinada por la carga de los cartuchos que se utilicen, o la concentración del líquido con que sean recargados.
En España es ilegal la venta de nicotina si no es con fines médicos. En otros países con legislaciones más laxas el uso de nicotina en los cigarrillos electrónicos está permitido. Los cartuchos para cigarrillos electrónicos se ofrecen habitualmente con una gran variedad de formulaciones, con distintos sabores y colores (p.ej. a frutas, a menta, a café) y concentraciones de nicotina. En los niveles más altos de concentración de nicotina, fumar cigarrillos electrónicos equivale a fumar cigarrillos de tabaco normales. La mayoría de las compañías ofrece también una gama de opciones más suaves, incluyendo cartuchos sin nicotina.
E-Cigarette or Drug-Delivery Device? Regulation Novel Nicotine Products
Nathan K. Cobb., and David B. Abrams, Ph.D.
New England Journal of Medicine – Resumen artículo publicado en Julio 21, 2011.
En abril de 2011 la FDA americana (Agencia de Drogas y Alimentos) anunció su intención de regular los «cigarrillos electrónicos» como productos de tabaco, habiendo fallado en su inicial intento para regularlos como dispositivos de liberación de fármacos. Previamente, los productos liberadores de nicotina ya habían sido regulados como productos farmacéuticos (y sujetos al estándar «seguro y efectivo» usado en la aprobación de medicamentos) o eliminados rápidamente del mercado para proteger la seguridad pública. La decisión de la FDA llegó después de que los tribunales bloquearan a la agencia de regular estos productos como dispositivos de liberación de fármacos, sosteniendo que los productos conteniendo nicotina derivada del tabaco pero no haciendo reclamo terapéutico deben ser codificados como productos de tabaco. A menos, y hasta, que la FDA afirme su autoridad, los fabricantes pueden vender los productos de nicotina concentrada, levantando serias preocupaciones de seguridad.
La nicotina, un alcaloide presente en el tabaco, es un estimulante y la droga adictiva en los productos del tabaco, e impulsa al uso crónico, a pesar de sus bien conocidos efectos adversos sobre la salud. Los cigarrillos típicamente contienen 1 a 2 mg de nicotina, pero la nicotina tiene efectos tóxicos substanciales a dosis más elevadas. La dosis letal para un niño es 10 mg, el contenido de alrededor de la mitad de una cajetilla de cigarrillos. Fumar cigarrillos hace que la nicotina se deposite en los alveolos pulmonares, se absorba en la circulación pulmonar y pase al cerebro en cuestión de segundos. Tal gratificación al instante hace a la nicotina la droga de abuso más adictiva, eclipsando el tabaco a la cocaína y a la heroína en términos de dificultad para abstenerse.
El engañoso término «e-cigarrillo» se refiere a un dispositivo de administración en aerosol con un cartucho desechable. El cartucho contiene nicotina en solución con un humectante, habitualmente glicol de propileno. Los dispositivos varían en la construcción, generalmente consistiendo de una batería, un elemento de calentamiento, una fuente de alimentación, y un interruptor de presión, todos incrustados en un tubo con una pieza bucal y una toma para el cartucho. Cuando el consumidor inspira en la boquilla, la presión negativa cierra el interruptor, causando que el calefactor caliente el cartucho y el paso de aire. Este calentamiento causa que el humectante aerolize, de tal forma que se acumule el vapor de agua y forme una neblina visible cuando es exhalada. La nicotina, aromas y otros adictivos o contaminantes son llevados con el aerosol a la boca.
A pesar de ser comercializados como cigarrillos, estos dispositivos tienen más en común con tubos, inhaladores multidosis, nebulizadores u otros dispositivos cargados con un medicamento, que ya esté regulado (salbutamol) o sea ilícito (cocaína). Actualmente se venden tres productos relacionados: dispositivos de administración, cartuchos y soluciones de repuesto. Los cartuchos contienen generalmente hasta 20 mg de nicotina y son específicos para cada dispositivo; los cartuchos de inicio son incluidos con cada dispositivo vendido, pero son ante todo vendidos separadamente por el vendedor del dispositivo u otros suministradores. Los kits o equipos de relleno, incluyendo hasta un gramo de nicotina en un pequeño bote, permiten a los consumidores rellenar los cartuchos usados con soluciones de relleno a dosis más altas que las que originalmente contenían. El humectante más comúnmente utilizado es el glicol de propileno y los fabricantes dicen que es seguro para los productos de consumo. Sin embargo, la seguridad de su inhalación, especialmente sobre un periodo de tiempo prolongado, no se ha estudiado en humanos.
A pesar de las declaraciones de la FDA, lo que es suficiente o necesario para constituir un cigarrillo electrónico -el dispositivo de administración, los cartuchos, sus contenidos, o una combinación de los tres- aún no está claro. Históricamente, los dispositivos de inhalación similares han utilizado calor mecánico -los cigarrillos Eclipse, por ejemplo, tabaco climatizado empapado en glicerol- o han carecido de una fuente de calor, como el inhalador Favor de los últimos año de la década 1980, el cual liberaba por lo tanto un aerosol no visible. Favor alcanzó el mercado brevemente pero fue retirado por la FDA. Después la tecnología fue vendida a una compañía farmacéutica, quien finalmente obtuvo la aprobación del FDA como una ayuda segura y efectiva para cesar de fumar (semejante a los chicles y parches de nicotina) y fue liberado como el inhalador Nicotrol. Pero nada limita la actual generación de dispositivos para liberar solo nicotina: se pueden encontrar instrucciones en YouTube para llenar cartuchos con aceite de hachís marihuana.
No está claro que variantes de dispositivos suministradores de nicotina serán permitidos en el mercado, regulado o no regulado, ni tampoco que dosis de nicotina serán las permitidas. Esta incertidumbre es preocupante, dado que las pruebas de los cartuchos han revelado mal control de calidad y notable variabilidad en el contenido de nicotina entres los fabricantes e incluso en el mismo fabricante, así como grandes desviaciones del contenido asegurado en la etiqueta.
Las pruebas realizadas con el vapor de agua de los dispositivos han revelado similar variabilidad, incluyendo notable variación entre las inhalaciones. Por último, las pruebas de los consumidores en los valores de laboratorio revelaron mínimos niveles de concentración de nicotina en sangre. Marketing o comercialización afirma además que los dispositivos probados que no suministran eficientemente nicotina lo hacen aún mucho menos a la sangre arterial que lo hace el humo de tabaco. Los fumadores que intentan utilizar los cigarrillos electrónicos para cesar de fumar probablemente los hallarán inefectivos; en realidad su utilización puede perpetuar la adicción de los fumadores de cigarrillos. Ya que falta evidencia de seguridad y beneficio para cesar de fumar, hay motivo para preocuparse de que los dispositivos se vuelvan “productos puente”, para utilizar en lugares donde el fumar está prohibido o como productos iniciales que son atractivos para la gente joven o ex fumadores.
El suministro inefectivo de nicotina de los modelos actuales no puede ser visto como una limitación permanente. Aumentando la concentración de nicotina en los cartuchos puede aumentar el depósito –los vendedores de recambios informan de concentraciones en aumento y algunos venden botes con nicotina suficiente para matar a un adulto si es ingerida. Manipulando el líquido y alterando su estado ácido-base puede aumentar su biodisponibilidad, ya que la absorción en la boca y vías aéreas proximales depende del pH. Las variaciones en la temperatura y en las características del flujo pueden alterar el tamaño de las partículas y la absorción de vapor. Por último, la falta de suministro distal pulmonar puede no ser un problema insoluble; modificaciones que conducen a suministro arterial pueden aumentar dramáticamente el riesgo de adicción y abuso, así como de seria sobredosis. De hecho, poco después del informe de la FDA, Philip Morris y la British American Tobacco compraron tecnología de inhalar nicotina que promete suministro pulmonar – decisiones estratégicas que son improbablemente coincidencias y que presagian casi seguramente productos futuros para el consumidor.
Al final, el Congreso, los tribunales, y la FDA deben encontrar un planteamiento normativo eficaz que minimice el riesgo y maximice el bienestar público. El suministro de nicotina refinada por dispositivos de inhalación debe estar incluido en cualquier esquema regulador, como lo deben estar los productos del tabaco de “riesgo reducido o modificado”. La nicotina refinada debe estar siempre comercializada bajo estos estándares y la regulación debe incluir también estrictos requisitos –no diferentes de los de otros productos de consumo- para evidencia de seguridad, especificaciones consistentes, calidad de control y limitaciones funcionales de dosis.
Algunos partidarios de los cigarrillos electrónicos han argüido que la estricta regulación o la retirada de los dispositivos del mercado dañarán a los fumadores actuales, forzándoles a volver a fumar cigarrillos. En realidad, los fumadores y los consumidores de cigarrillos electrónicos tienen muchas alternativas: están ampliamente disponibles múltiples productos de nicotina, aprobados, regulados, y considerados seguros y efectivos por la FDA (además de otras ayudas efectivas para cesar de fumar como vareniciclina, bupropion, etc.). A la espera de una regulación más agresiva, los médicos deben aconsejar a los pacientes que lo deseen usar la nicotina de las formas reguladas por la FDA: parches, chicles, pastillas de chupar, spray nasal – o incluso, quizás el inhalador existente aprobado por la FDA.