¿Estamos en riesgo de estar en riesgo?

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¿Estamos en riesgo de estar en riesgo?

JOAQUÍN LAMELA LÓPEZ. Médico Neumólogo

«Muchas veces nace la enfermedad del mismo remedio» (Baltasar Gracián)

    Hace dos años Fiona Godlee, editora de British Medical Journal, una de las mejores revistas médicas mundiales, se preguntaba en un pequeño editorial si estamos en riesgo de estar en riesgo. Y lo hacía basándose en el artículo, ¿Quién se beneficia de tratar la hipertensión?, que escribía Ray Moynihan, un periodista australiano especializado en temas de salud, para la revista en ese mismo número
Moynihan decía en el artículo que en 2003 las nuevas guías clínicas de hipertensión crearon una nueva categoría diagnóstica, aunque establecían al mismo tiempo que no se trataba de una enfermedad. Era una nueva clasificación para las personas que tenían una cifra de presión sistólica sanguínea entre 120-139 (aquí, 12-13,9) o presión diastólica sanguínea de 80-89 (aquí, 8-8,9), y se le denominó pre-hipertensión arterial. Con estas cifras se estimó que tendrían pre-hipertensión una de cada tres personas adultas (seríanmás de 50 millones solo en los Estados Unidos).
En las últimas décadas el objetivo de sabe Dios quien -yo me lo imagino- se ha dirigido a tratar a las personas que están en riesgo de estar en riesgo, es decir, a todos. Todas las personas, hasta ahora, han estado en riesgo de estar en riesgo porque todas se han muerto, y el mayor riesgo o peligro es la muerte, superior al de la enfermedad. Bueno, pero si usted y yo creemos a los filósofos podemos preocuparnos menos porque dicen que porque todas las personas se hayan muerto hasta ahora, no quiere decir que vayan seguir haciéndolo. Ojalá seamos los primeros en darles la razón. No sé a usted, a mí tal vez no me disgustaría vivir eternamente si quedara como estoy, sin envejecer más, y que a mi familia le sucediese lo mismo.
Se comenzó recomendando tratar a las personas con colesterol elevado, porque predecía que algunas de estas estaban en riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Se consiguió que hoy casi todas las personas mayores estén tomando una pastilla “para el colesterol”, muchas de ellas sin necesidad, porque los “expertos” han ido descendiendo tanto el nivel o umbral de las cifras de colesterol en sangre que requieren tratamiento, que muchos médicos serios dicen que estos niveles tan bajos hacen que cientos de personas en bajo riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con el colesterol elevado en el futuro, necesiten ser tratadas durante un año para que solo una de ellas se beneficie de haber prevenido un mal acontecimiento. Además, estas personas deberían ser informadas, por los médicos que se los recomiendan, que estos medicamentos no están exentos de efectos adversos. Ahora intentan tratar a las personas que estén en riesgo de estar en riesgo de padecer una enfermedad determinada. Y le han antepuesto el prefijo pre: pre-hipertensión, pre-diabetes, pre-osteoporosis, etcétera.
Recientemente se ha demostrado el poco valor de esta nueva clasificación porque la mayoría de las personas a las que se les había puesto una de estas etiquetas, o mejor pre-etiquetas, y siguieron con sus mismos hábitos de vida y alimentación no desarrollaron la enfermedad a la que, según los “expertos”, estaban en riesgo. Entrecomillo ahora y antes los expertos, porque según Moynihan 11 de los 12 miembros del comité de “expertos” que creó esta categoría diagnóstica de hipertensión, la pre-hipertensión, declararon múltiples vínculos con la industria farmacéutica, la que, según este escritor australiano, ha estado como era de esperar muy activa para crear este mercado.
Pero si no se han demostrado ventajas para la inmensa mayoría de estas personas marcadas como en riesgo de estar en riesgo, si puede haber grandes inconvenientes.
Uno de los más importantes es el de estigmatizar a una persona sana como enferma o pre-enferma. Esto puede causar a muchas personas problemas de ansiedad e incluso a algunas depresión. Incluso puede representar un hándicap llevar en la historia médica que se trata de un/a pre-diabético/a o pre-hipertenso/a al realizar un aseguramiento de vida, buscar trabajo, etcétera. Y aún más importante, por su peligrosidad, que comience a someterse a estas personas a tratamientos con fármacos, lo que no sería de extrañar porque la industria farmacéutica tiene como objetivo financiar conferencias para poner en marcha guías de tratamiento con fármacos para las personas con pre-enfermedades: pre-hipertensión, pre-diabetes, pre-osteoporosis
Podría ser muy saludable recomendar a estos pre-enfermos hacer una dieta con poca sal, grasas o azúcares, pero tomar medicamentos para una pre-enfermedad -y ya he visto algunos pacientes que lo estaban haciendo por recomendación médica- es el mayor sinsentido que he visto desde que ejerzo la medicina, pero tal vez esa sea la única finalidad de la creación de las pre-enfermedades. Y también significa lamentablemente que los médicos ya nos hemos olvidado de aquello tan importante que nos dijo Hipócrates, el padre de la medicina, “primum non nocere” («lo primero es no hacer daño»).
Afortunadamente ya hay personas que han denunciado estos sobre-tratamientos, por haberles causado un daño importante. Shirley Boles, una mujer de Florida, denunció haber desarrollado osteonecrosis de la mandíbula por haber estado tomando alendronato durante muchos años, después de haber sido diagnosticada de pre-osteoporosis, la condición de estar en riesgo de estar en riesgo de sufrir fracturas óseas futuras, y un tribunal de Nueva York falló a su favor y hubo que darle una gran indemnización.
Por todo esto, órganos importantes como el Instituto Médico de los Estados Unidos exigen mayor independencia de la profesión médica con la industria farmacéutica.
Y Fiona Godlee termina su editorial preguntándose si ya es el momento en el que la sociedad tenga un mayor papel en decidir quién debe ser clasificado como enfermo, y contesta diciendo que a menos que la profesión médica recupere su independencia de la influencia comercial, su respuesta es sí.

info@clinicajoaquinlamela.com

2017-01-23T15:22:18+00:00 01 / 01 / 2012|Opinión|