“HAY GENTE QUE TIENE QUE PASARSE TODA LA VIDA A RÉGIMEN”

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“HAY GENTE QUE TIENE QUE PASARSE TODA LA VIDA A RÉGIMEN”

“HAY GENTE QUE TIENE QUE PASARSE TODA LA VIDA A RÉGIMEN”

Diego Bellido Guerrero, endocrinólogo y coordinador del área de nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología, es médico del Hospital Arquitecto Marcide de Ferrol y profesor del departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad da Coruña.

Pregunta – Según los estudios epidemiológicos, los gallegos somos los más gordos de España tras los canarios, ¿por qué?

Respuesta – Estos datos pueden ser irreales porque los estudios no son paralelos. El estudio gallego es de los últimos realizados y es muy riguroso y amplio. Es representativo de cómo estamos en esta comunidad. Lo que constata es que el peso ha aumentado muchísimo en poco tiempo. Más de la mitad de la población gallega, alrededor del 60%, tiene sobrepeso. De ahí que se la llame la epidemia del siglo XXI.

P – ¿Les preocupa el impacto sobre algún colectivo en especial?

R – La infancia. Cuando uno de los padres es obeso y el niño lo es en la pubertad, las probabilidades de que los sea de adulto son del 100%. El sobrepeso ha aumentado muchísimo, en apenas una década ha pasado del 5 al 15 por ciento y en los adultos del 12 al 20% en doce años.

P – ¿Cómo se explica este aumento tan rápido?

R – Las raciones han aumentado, la hamburguesa de hoy es el doble de la de hace quince años…ha aumentado la cantidad de comida y la ingesta de alimentos con mayor densidad energética y de grasa, aunque esta no influya tanto como se pensaba. Además, están otros factores ambientales, como el sedentarismo. Cosas que antes hacíamos andando, ahora usamos el coche o el ascensor.

P – ¿Qué es eso de alimentos de alta densidad energética?

R – Aquellos con mucho volumen pero pocas calorías, como los donuts o las bebidas azucaradas. Cuando uno se toma un refresco, no se da cuenta que está metiéndose 150 kilocalorías, el 10% de las recomendadas en mucho casos para todo el día.

P – ¿Por qué se dice ahora que la grasa no tiene tanta importancia?

R – Por la paradoja americana: han reducido la ingesta de grasa, pero no ha descendido la obesidad. Demuestra que tiene mayor importancia la carga calórica.

P – ¿Y cómo se debe abordar?

R – Si no conseguimos un cambio en el estilo de vida, no conseguiremos el éxito terapéutico. Hay que modificar la forma de alimentarse. Existen varios escalones o peldaños y hay que tratar de racionalizar estrategias. Una vez que ya existe el problema, no se trata de perder 40 kilos, sino de adelgazar 5 o 10 pero sostener en el tiempo el descenso. Hay que tener en cuenta que con solo perder el 5 o el 10 por ciento no solo se reduce el peso, sino que evitamos múltiples riesgos y trastornos relacionados con la obesidad. El objetivo ha de ser realista: no solo perder, sino mantener el peso. El cambio ha de ser en la dieta y en el ejercicio.

P – ¿Y cual es la dieta idónea?

R – Se trata de reducir calorías y lograr un reparto de macronutrientes equilibrado, se trata de comer menos… Y, sobre todo, hay que saber que no es para un mes o dos, no. Muchas personas tienen que pasarse toda la vida a régimen.

P – ¿Es suficiente con la dieta?

R – El ejercicio es el coadyuvante. El equilibrio energético es como una balanza entre ingresos y gastos, silos equiparamos, la persona está bien. Pero si la persona está obesa con el ejercicio aumentamos los gastos y además tenemos que reducir los ingresos. Además el ejercicio actúa directamente disminuyendo los riesgos relacionados con la obesidad. De modo general, el tratamiento es dieta y ejercicio siempre.

P – ¿Qué peso tienen acciones como subir escaleras?

R – Una persona que realice las actividades que pueda andando conseguirá por lo menos consumir lo equivalentes a 150 kilocalorías al día. Tan solo subiendo escaleras, acudiendo al trabajo a pie, aparcando el coche un poco más lejos…

P- ¿Y usar platos más pequeños para que las raciones parezcan más grandes?

R – Si resulta que el plato se carga más, entonces no vale. De lo que se trata es de comer menos.

P – Evitar las bebidas azucaradas parece difícil, sobre todo entre los adolescentes.

R – Las propias firmas se están dando cuenta y ya hay muchos productos bajos en azúcar.

P – ¿Qué hacemos con los niños? ¿Los echamos a los parques?

R – Eso o reconvertimos las formas de ocio. Ya hay estudios con las nuevas consolas, que exigen la realización de ejercicio para jugar, para tratar de ver si realmente actúan en este sentido. Lo que hay que hacer es políticas adaptadas a los tiempos, por real decreto pocas cosas cambian. Los niños de hoy no juegan en las calles porque ya no es tan seguro. Hay que fomentar el ejercicio en los colegios, lograr que estén abiertos los fines de semana para la práctica de deporte, quitar las máquinas de bollos y formar a los niños: un chaval tiene que saber qué es lo que come. Si implicamos a la familia y a la sociedad, habrá resultados.

La Voz de Galicia
25 de enero de 2009

2017-01-23T11:41:03+00:00 01 / 01 / 2009|Actualidad|