EL JURAMENTO HIPOCRÁTICO SIGUE SIENDO ACTUAL

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EL JURAMENTO HIPOCRÁTICO SIGUE SIENDO ACTUAL

Cuando les pregunté a mis estudiantes por el nombre de médicos famosos en la historia de la medicina, su primera respuesta fue Harold Shipman, el médico británico que asesinó a cientos de pacientes. Su segunda respuesta fue House, el doctor de ficción de la serie de televisión americana. Cuando su tercera respuesta fue Hipócrates, presunto autor del Juramento Hipocrático respiré con alivio.
Escrito hace unos 2.500 años, el Juramento es el texto más famoso de la medicina occidental; sin embargo, la mayoría de las personas (incluidos algunos médicos) saben muy poco sobre él. Un amigo médico relató la historia de un anciano que pensaba –equivocadamente- que el juramento hipocrático instruía a los médicos para que no dijeran la verdad a los pacientes.
El Juramento Hipocrático comienza así: “Juro por Apolo el Médico y Asclepio y por Higía y Panacea y por todos los dioses y diosas del Olimpo, poniéndolos por testigos, cumplir este juramento según mi capacidad y mi conciencia. Higía y Panacea eran hijas de Asclepio. Según la leyenda, Hipócrates descendía de un de los hijos de Asclepio. El juramento habría sido inspirado por este linaje ilustre de curanderos.

No hacer daño
En él se instruye al médico para tratar a sus maestros como a sus padres, y a transmitir el arte de la medicina. “Aplicaré mis tratamientos para beneficio de mis enfermos, según mi capacidad y buen juicio, y me abstendré de hacerles daño o injusticia”. Es decir los médicos deben actuar en el mejor interés de sus pacientes.
“A nadie, aunque me lo pidiera, daré un veneno ni a nadie sugeriré que lo tome”. Dos de los principales estudiosos del Juramento, Littre y Miles, han sugerido que este pasaje a lude a la práctica común de entonces de utilizar a los médicos como expertos asesinos políticos. Steven Miles observa: “El temor al médico-envenenador debió ser uno de los impulsos del juramento”. La palabra eutanasia se acuñó un siglo después de la redacción del juramento.
“Nunca proporcionaré a mujer alguna un pesario abortivo”. El aborto era legal en aquel entonces y el texto solo menciona los pesarios (una pieza empapada de lana inserta en la vagina para producir el aborto). Como los pesarios podían inducir infecciones mortales, el autor del Juramento puede haber tenido una objeción clínica al método, en lugar de una objeción moral.
La frase “viviré y ejerceré siempre mi arte en pureza y santidad” sería un llamamiento a la integridad profesional. Los médicos deben abstenerse de comportamiento inmoral y resistir las tentaciones que acompañan a su posición privilegiada (como las generosas donaciones que ofrecen hoy las compañías farmacéuticas).
“No practicaré la cirugía en los que sufren de cálculos, antes bien dejaré esa operación a los que se dedican a ella”. Otro error común es pensar que el Juramento prohíbe la cirugía. De hecho, se instruye a los médicos a reconocer los límites de su competencia y remitir los casos difíciles a profesionales especializados.

A continuación, el médico entra en la casa del paciente. “Siempre que entrare en una casa, lo haré para bien del enfermo. Me abstendré de toda mala acción o injusticia y, en particular, de tener relaciones eróticas con mujeres o con hombres, ya sean libres o esclavos”. La necesidad de esa declaración refleja la desconfianza en los médicos de la época.
La penúltima sección se refiere a la confidencialidad: “Guardaré el silencia sobre lo que, en mi consulta o fuera de ella, vea u oiga, que se refiera a la vida de los hombres y que no deba ser divulgado”. Como hoy, los pacientes de la antigüedad compartían la información personal con los médicos bajo el supuesto de que sus datos no se revelan a los demás.
A pesar de los progresos y de los años que han pasado, el espíritu del Juramento es tan relevante como siempre.

Daniel Sokol
Universidad de Londres
BBC NEWS   

2017-01-23T14:47:37+00:00 01 / 01 / 2008|Opinión|