MEDICINA: EL DESARROLLO DE LA VIRTUD

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MEDICINA: EL DESARROLLO DE LA VIRTUD

Muchos médicos en Gran Bretaña se sienten hoy asediados. Les dicen que los servicios que ofrecen no cumplen los estándares demandados por el público. Les dicen que no se entregan a los pacientes. Les dicen que otros grupos pueden hacerlo tan bien como ellos o quizás incluso mejor (prescribir, por ejemplo). Les dicen que deben incluirse nuevos proveedores en los cuidados de salud a causa de que es la única vía para romper las prácticas restrictivas que ellos han estado imponiendo durante décadas. Les dicen que se necesita una nueva regulación médica para prevenir los crímenes de Harold Shipman y para que no sucedan las negligencias de otros.

La actitud del estado hacia los médicos nunca ha sido más crítica. Ello ha llevado el pánico a algunas instituciones médicas con consecuencias ocasionales desastrosas. Este apagón de la llama del profesionalismo será bienvenida por los críticos del poder profesional. Pero hoy la desmoralización endémica de los médicos está creando un frente frío de peligro que amenaza la salud pública.

El profesionalismo es el artículo más precioso de la medicina. El profesionalismo no es un lujo a la vieja usanza disfrutado por una elite privilegiada. Es lo principal para una mejor salud.

Sin embargo, el profesionalismo está en peligro actualmente por una cultura política que es hostil a cualquier fuente de poder que sea vista como competitiva con el gobierno. Los médicos han sido enormemente manipulados por una clase política inteligentemente estratégica y más adaptable. Por demasiado tiempo ellos se han aferrado a una idea del profesionalismo que ha incluido antiguos conceptos tales como autonomía, dominio y conocimiento obligado. Estos elementos de un profesionalismo anacrónico están ahora obsoletos. Los médicos deben ver la desaparición de estas ideas pasadas de moda como una oportunidad para redefinir su propósito en una era radicalmente diferente.

Fue en esta marea de frustración e incertidumbre en la que el Real Colegio Británico de Médicos dio el paso el último año estableciendo una reunión de trabajo sobre el profesionalismo médico. Más de un año se necesitó para definir el profesionalismo médico en un sistema de salud que es caso irreconocible desde hace una generación (Tabla I, al final)

En el centro del profesionalismo descansa la noción de incertidumbre. La práctica diaria de un médico está marcada por el juicio frente a la frecuente y enorme imprevisibilidad. El conocimiento del médico y la experiencia forman la base de tales juicios. Pero aquí descansa una debilidad. A causa de que tanta práctica médica se relaciona con el saber así como en la habilidad técnica, los médicos están expuestos a la crítica o ataque -hecho ahora frecuentemente- de que a sus decisiones les falta transparencia y explicación o justificación. La clara presión actual sobre los médicos, una presión que ha puesto a trabajar a algunos de sus líderes, es para que expliquen robustamente y confidentemente lo que ellos hacen, y para que describan como y por qué lo hacen.

Una redefinición del profesionalismo no es una cuestión de semántica sin sentido. La investigación realizada por el Picker Institute, una organización que promueve las necesidades del paciente, ha encontrado que la mitad de los pacientes de los hospitales quieren más implicaciones en las decisiones clínicas sobre su cuidado. La Healthcare Comission encontró que un tercio de los pacientes reciben información contradictoria de los profesionales sanitarios. Lo que pedimos es un gran pacto sobre el profesionalismo. Los pacientes conocen cuando los profesionales no alcanzan lo que ellos esperan.

La palabra “profesionalismo” es, por ejemplo, espolvoreada liberalmente a través de los documentos que describe Modernising Medical Careers (Cuidadores Médicos Actuales). La evaluación de las herramientas utilizadas por la fundación sobre los años de práctica después de la graduación, reconoce la importancia de la relación profesional, pero no define lo que constituye profesionalismo. Cuando un instrumento de medida utiliza la frase “se comporta consistentemente con un alto grado de profesionalismo”, ¿qué significa? Ni el doctor está siendo evaluado ni el asesor se aclara. Esta imprecisión es a lo mejor satisfactoria, a lo peor peligrosa.

La suposición es que el significado de profesionalismo está en el Medical Council´s Good Medical Practice (Consejo Médico de la Buena Práctica Médica). No lo está. El Consejo de la Buena Práctica Médica propone las obligaciones que un doctor debe cumplir. Estas obligaciones son reglas que están unidas a un castigo (retirada del registro médico) si ellas se rompen o incumplen. La palabra “profesionalismo” aparece en la Buena Práctica Médica (Good Medical Practice) como un adjetivo confortable. Sirve de soporte a palabras como “competencia” y “conocimiento”. Pero la noción de profesionalismo es en si mismo ignorada. Las obligaciones enumeradas no están puestas en el contexto de una visión pensada sobre lo que significa el profesionalismo médico. Simplemente puesta, el GMC ha olvidado el significado del profesionalismo. Este lapso está actualmente dañando la credibilidad de la organización.

La misma confusión aflige a la evaluación o valoración. El caos que es la regulación del cuidado de salud moderno ha dejado la profesión en desorden. El consenso político es que los médicos no ponen suficientemente altos los estándares de la práctica; que incluso cuando lo hacen, ellos fallan para actuar cuando estos estándares no se cumplen; y que la profesión ha mostrado estar por si misma insuficientemente preocupada por la protección de los pacientes. El resultado es investigación sobre investigación, ley sobre ley, para “pisarle los talones a los doctores”, para hacerlos más “responsables”.

No obstante ningún acuerdo queda sobre el propósito de cualquier regulación médica o responsabilidad. Algunos creen que la regulación puede conseguir que no sucedan cosas malas. Cada visión, enteramente contradictoria en sus implicaciones, fue puesta con vigor en un reciente seminario sobre regulación. Esta vaguedad está reflejada en detalle en el proceso de evaluación para cada doctor en el Servicio Nacional de Salud (Nacional Health Service).

El rechazo sistemático por la principales instituciones médicas de Gran Bretaña a dirigir el profesionalismo médico desde hace mucho tiempo explica el hallazgo muy alarmante de un reciente informe sobre valores profesionales publicado por la Asociación Médica Británica (British Medical Association. En una encuesta a los médicos que se graduaron en 1995, la proporción de los que veían a la medicina como cualquier otra profesión se elevó del 1.9% de 1995 a 8.5% en 2004. La creencia de la medicina como una vocación puede estar menguando lentamente debido a un asalto mantenido sobre los médicos por los medios e incluso por un estado más agresivo. Cuatro de cada cinco doctores creen que las expectativas del público acerca de lo que ellos razonablemente pueden dar son demasiado altas. El estado está matando la motivación de demasiados doctores.

Un conocimiento del profesionalismo médico está en el centro del conflicto actual sobre el sistema de salud británico. Está en el corazón gran inquietud sobre la visión del gobierno “patient-led NHS” (Sistema Nacional de Salud dirigido al o por el paciente), un eslogan que busca desesperadamente un significado.

El liderazgo clínico en el Sistema Nacional de Salud (NHS) está debilitado y diluido por la complejidad de las instituciones médicas a menudo competentes. Liderazgo unificado y de categoría, junto con habilidades de gestión, son vitales si están dispuestos a defender con éxito igualmente los intereses públicos y los de los pacientes. La reunión de trabajo apela a la creación de un “foro común” para la medicina, a través del cual se hable con una única voz.

Son esenciales equipos clínicos poderosos para dar una asistencia médica efectiva. Mucha evidencia indica que los equipos clínicos están subfuncionando en el servicio de salud actual. Los doctores necesitan estar mejor apoyados en sus contribuciones a equipos multiprofesionales. El aprendizaje conjunto a través de educación interprofesional y entrenamiento puede ser un camino para hacerlo.

La educación tuvo un lugar descuidado en el reforzamiento del profesionalismo ético y centrado en el paciente. Desde la selección de estudiantes a la formación o entrenamiento médico, desde la diversidad étnica y cultural a los mentores, la contribución de la educación a las nociones modernas de profesionalismo necesita ser reevaluada.

La regulación médica ha oscilado muchísimo a favor de la concepción de reglas de ajustado cumplimiento en una cultura de sospecha sobre los doctores. Este sistema punitivo necesita ser balanceado por un énfasis en el deseo natural de los médicos de promover resultados positivos para los pacientes, compasivamente, altruísticamente, y científicamente. El informe del Colegio de Médicos debe ser el comienzo de un movimiento para iniciar un diálogo público acerca del papel de los médicos para crear una sociedad más justa y sana. El profesionalismo médico necesita ser devuelto a su sitio en el mapa político de la salud

Tabla I: Una nueva definición y descripción del profesionalismo médico.

Definición

Profesionalismo médico significa un conjunto de valores, conductas y relaciones que sustenta la confianza que el público tiene en los doctores.

Descripción

La medicina es una vocación en la que el conocimiento del médico, habilidades o destrezas clínicas, y juicio se ponen al servicio de la protección y restauración del bienestar de los seres humanos. Este propósito se realiza a través de una asociación entre el médico y el paciente, basada en el respeto mutuo, responsabilidad individual y relación adecuada.

En su práctica diaria, los médicos están comprometidos con la:

  • Integridad
  • Compasión
  • Altruismo
  • Mejora continua
  • Excelencia
  • Trabajar en asociación con miembros de equipos de salud más amplios.

Estos valores, que sustentan la ciencia y práctica de la medicina, forman la base de un contrato moral entre la profesión médica y la sociedad. Cada parte tiene una obligación de trabajar para fortalecer el sistema de asistencia sanitaria de la que depende la dignidad de nuestro colectivo humano.

(Richard Horton. The Lancet, 2005; 366:1985-1988)

2017-01-23T14:35:02+00:00 01 / 01 / 2006|Opinión|